sábado, 19 de junio de 2010

Alma sachera

Ave soy de largo vuelo, pura pasión por mi raza,
si me secuestra una pena me rescata alguna zamba,
y el cielo me fía una estrella para templar la guitarra.

Agua, tierra, viento y fuego, mis hermanos naturales,
antigua laya cantora, alba de casero y mate;
amores que en las vidalas y en las chacareras laten.

Milagrosas madrugadas de corazones paganos,
sin dioses que brillen frío en horizontes lejanos;
si le he dado a Tata Yaya varios rosarios cantados.

Quisiera volver al monte con mi sombra y mi guitarra,
allá me están esperando el cielo, el río, mi casa;
y entreverada en las tuscas mi alma de copla y sacha.

Infancia que hasta mi vuelve en un vagón de recuerdos,
travesuras de rubiala, un patio donde los sueños
traían aquel progreso que nunca llegó a mi pueblo.

Corazón lleno de espinas, legüero enamorado,
que vive soñando el beso que nunca le fue entregado;
y canta con su esperanza en un gemir vidaleado.

Sentires de medianoche, de rima y sangre mezcladas,
por culpa de un remolino, malos pasos, mala danza;
mi voz con su verso agreste, anda sin medir distancias.

Letra: Fernando Asúa
Música: Daniel Oviedo

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